Arcángel Chamuel

La Oración en el huerto
PROCACCINI, GIULIO CESARE
Copyright de la imagen ©Museo Nacional del Prado

El arcángel Chamuel (también conocido como Samael, Kamael, Shamael o Anhiel) es otro de los arcángeles no oficiales de la iglesia católica; su nombre significa ‘el que ve a Dios’. Es el jefe de las Potestades y de las Dominaciones. Se cree que es el ángel que luchó contra Jacob y el que le abrió el camino a Moisés para recibir las tablas de la Ley, estando presente delante de la zarza ardiente. También es uno de los guardianes de las puertas del cielo. Pero sin duda, su función más conocida es la de ser el ángel que bajó al huerto de Getsemaní, donde Jesús de Nazaret, sintiéndose solo y abandonado, mientras sus discípulos, oró y le pidió a Dios que apartara ese cáliz, ese sufrimiento que se le venía encima pero que aceptó por la redención de las personas. Chamuel fue el ángel que bajo y le consoló, mientras Jesús, por el miedo y antes de ser entregado por la traición de Judas, sudó sangre.

Se le invoca con el color rosa. Es el ángel del amor incondicional, la creatividad, la compasión, el perdón, la sinceridad, la actitud de servicio hacia las personas, especialmente a las más necesitadas. Nos ayuda a perdonarnos a nosotros mismos, a aumentar nuestra autoestima, a descargarnos del odio que podamos sentir hacia los demás. También nos protege del odio ajeno y de la envidia. Ayuda también a reparar la rotura de relaciones tanto amorosas como de amistad.

Podemos decir que las funciones del arcángel Chamuel son muy parecidas a las de San Valentín en la cultura española, como el arcángel de los enamorados.

¿Cómo podemos dirigirnos a él? De cualquier manera, sólo hay que llamarle. Podemos poner una vela rosa, una lazo rosa, una pulsera rosa. No hay oración que agrade más a un ángel que un rezo a la Virgen María, aunque leas en otros sitios que tienen oraciones propias, que las tienen, pero ellos también aman a María.

Querido arcángel Chamuel, tú que tienes el poder del amor, te pido que te acerques a mí, que me envuelvas en tu luz rosa y me llenes de tu amor. Protégeme de todo lo que me pueda hacer daño a través del odio ajeno, de las envidias y de las personas a las que no caigo bien. Ayúdame a llevarme bien con el prójimo, porque en el prójimo está presente el Dios al que tú y yo servimos. Ayuda también a las parejas, a los matrimonios, a superar cualquier dificultad para que su amor sea eterno como tu bondad. Arcángel Chamuel, gracias y ruega por nosotros.

Dios te salve María, llena eres de gracia. El Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte amén.

Os dejo más abajo un vídeo de una procesión en mi ciudad, Jerez de la Frontera, donde en uno de los pasos de Semana Santa, se ve al arcángel Chamuel consolar a Jesús de Nazaret en su oración en el Huerto.

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Arcángeles

Los siete arcángeles según la Iglesia Anglicana: Michael, Gabriel, Uriel, Chamuel (Camael), Raphael, Jophiel and Zadkiel. Stained glass made in 1862 at St Michael and All Angels Church, Brighton, East Sussex, England. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:St_Michael_and_All_Angels,_Brighton,_stained_glass_6.jpg

En la jerarquía de Pseudo Dionisos, constituyen la segunda de ellas más cercanas a las personas (la otra, son los ángeles, que hemos visto en la entrada anterior). El nombre ‘arcángel’ viene del griego y quiere decir ‘Jefes de los ángeles’. Ellos son el enlace entre Dios y los humanos, los que han defendido al cielo de los ángeles caídos, de los que ya hablaremos, y también son los supervisores de los ángeles guardianes.

Los árcángeles aparecen en el Antiguo Testamento, aunque su nombre no viene en las versiones griegas.

La figura de los arcángeles aparecen en el Nuevo Testamento en Judas 1:9
El arcángel Miguel, cuando pleiteaba con el diablo disputándose el cuerpo de Moisés, no se atrevió a pronunciar contra él ninguna palabra de insulto, sino que sencillamente dijo: ‘¡Que el Señor te reprenda!’

En la Primera Carta a los Tesalonicenses 4:16
Cuando se dé la señal por la voz del arcángel y la trompeta divina, el mismo Señor bajará del cielo. Y primero resucitarán los que murieron en Cristo.
y en Apocalipsis 8:2
Luego vi a los siete ángeles que están de pie delante de Dios; se les entregaron siete trompetas.
En el Viejo Testamento aparecen en Josué 5:1-15
Estando Josué cerca de Jericó, levantó la vista y vio a un hombre de pie delante de él, con una espada desenvainada en la mano. Josué fue donde él y le dijo: ‘¿Estás en favor nuestro o de nuestros enemigos?’ Respondió: ‘Soy el jefe del ejército de Yavé, y acabo de llegar’. Entonces Josué cayó con el rostro en tierra y se postró. Luego le dijo: ‘¿Qué dice mi Señor a su servidor?’ El jefe del ejército de Yavé respondió a Josué: ‘Quítate la sandalia de tu pie, porque el lugar donde estás
es un lugar santo’. Así lo hizo Josué.

En Ezequiel 9:2
Aparecen entonces seis hombres desde el lado de la Puerta Alta, que mira al norte: cada cual lleva en la mano un instrumento de muerte, y en medio de ellos veo a un hombre con un traje de lino, que tiene en la cintura una tablilla de escriba. Vienen a ponerse al lado del altar de bronce.

Y en Tobías 12:15
Yo soy Rafael, uno de lo siete ángeles que están delante de la gloria del Señor y tienen acceso a su presencia.
La Iglesia Católica solo reconoce a tres: a Gabriel, Rafael y le da la máxima importancia a Miguel, jefe de los ejércitos. Gabriel es el arcángel anunciador de la venida de Jesús y Rafael es el más importante en el libro de Tobías y es el arcángel de la salud.

Sin embargo, tenemos conocimiento por otras fuentes judías, musulmanas, etc. de más arcángeles como pueden ser Sariel o Uriel, Saraqael, Phanuel, Oriphiel, Zadkiel, Anael, Jehudiel, Sealtiel y Barachiel, que ya iremos conociendo en esta web.

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Ángeles (jerarquía)

Ahora tocaría por orden los Arcángeles, pero al ser tan numerosa la información, ponemos la última jerarquía según Pseudo Dionisio, que son los ángeles, que dan lugar a confusión, porque realmente, ángeles son todos. Pero digamos que estos son, ‘la tropa’.

Es el último de los ordenes de la jerarquía de Pseudo Dionisio y son los más cercanos a las personas
y entre ellos se encuentran nuestros ángeles de la guarda.
Los ángeles de la guarda, o ángeles guardianes, no están relaciones expresamente en la Biblia, pero
si hay referencias a ángeles particulares de algunas personas. Por ejemplo, en los Hechos de los
Apóstoles 12, 6-8, cuenta la historia de cuando San Pedro estaba preso y un ángel se le apareció
para liberarle.

San Pedro liberado por un ángel
CANO, ALONSO
Copyright de la imagen ©Museo Nacional del Prado

Llegaba el día en que Herodes iba a hacerlo comparecer; aquella misma noche Pedro estaba
durmiendo entre dos soldados, atado con dos cadenas, y otros guardias custodiaban la puerta de la
cárcel. De repente la celda se llenó de luz: ¡estaba el ángel del Señor! El ángel tocó a Pedro en el
costado y lo despertó diciéndole: ‘¡Levántate en seguida!’ Y se le cayeron las cadenas de las
manos. El ángel le dijo en seguida: ‘Ponte el cinturón y las sandalias. Así lo hizo, y el ángel
agregó: ‘Ponte el manto y sígueme. Pedro salió tras él; no se daba cuenta de que lo que estaba
ocurriendo con el ángel era realidad, y todo le parecían visiones. Pasaron la primera y la segunda
guardia y llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió sola. Salieron y
se metieron por un callejón, y de repente lo dejó el ángel. Entonces Pedro volvió en sí y dijo:
‘Ahora no cabe duda: el Señor ha enviado a su ángel para rescatarme de las manos de Herodes y
de todo lo que proyectaban los judíos contra mí.

QUERUBINES

Abajo del cuadro, los querubines más famosos del mundo. Se han ilustrado miles de láminas con ellos y están en muchos cabeceros de cama en dormitorios. Madonna Sixtina, Raphael, Public domain, via Wikimedia Commons. Se encuentra en  Gemäldegalerie Alte Meister de Dresde (Alemania)

Según los estudios de Pseudo Dionisio Areopagita, es la segunda escala en la jerarquía de ángeles más cercanos a Dios. Su nombre viene del hebreo, kerub, que significa ‘llenos de conocimiento’ . Los querubines son nombrados 91 veces en el en el antiguo testamento pero también una vez en el Apocalipsis, en el nuevo testamento. Aparece en Génesis tres:24 donde dice:

Habiendo expulsado al hombre, puso querubines al oriente del jardín del Edén, y también un remolino que disparaba rayos, para guardar el camino hacia el Árbol de la Vida.

También aparecen en Éxodo 25:10-22 donde dice:

Harás un Arca de madera de acacia, de dos codos y medio de largo, codo y medio de ancho y otro codo y medio de alto. La revestirás de oro fino por dentro y por fuera y labrarás una cornisa de oro alrededor. Le pondrás cuatro anillos, uno en cada ángulo del Arca, dos a un lado y dos al otro. Harás también unas varas de madera de acacia y las cubrirás igualmente con oro. Las pasarás por los anillos que están a los lados del Arca para llevarla. Estas varas estarán siempre metidas en los anillos y no se sacarán de ellos. En el Arca pondrás el Testimonio que yo te daré. Le harás una cubierta, el ‘Lugar del Perdón’, de oro puro, de dos codos y medio de largo y codo y medio de ancho. Asimismo, harás dos querubines de oro macizo, y los pondrás en las extremidades de la cubierta. Pondrás un querubín a una extremidad, y el otro en la otra; formarán un solo cuerpo con la cubierta, a sus dos lados. Los querubines extenderán sus alas hacia arriba y sus alas cubrirán el Lugar del Perdón. Estarán de frente el uno al otro y sus caras mirarán hacia el Lugar del Perdón. Lo pondrás sobre el Arca, y pondrás dentro de ella el Testimonio que yo te daré. Allí me encontraré contigo para darte mis órdenes referentes a los hijos de Israel. Te hablaré de encima del Lugar del Perdón, de en medio de los dos querubines puestos sobre el Arca del Testimonio.

Detalles de los querubines del cuadro anterior.

Hacen mención de ellos también en el primer libro de los Reyes 6: 25

En el Santo de los Santos puso dos Querubines de madera de olivo silvestre de cinco metros de alto. Cada una de las alas del querubín tenía dos metros y medio de largo, de manera que había cinco metros de una punta a la otra de las alas. El segundo querubín medía también cinco metros; ambos querubines tenían el mismo porte y la misma forma. La altura del primero y del segundo era de cinco metros. Salomón puso los querubines en el centro de la Casa, con las alas desplegadas; el ala del primero rozaba uno de los muros y el ala del segundo tocaba el otro muro, y sus alas se tocaban una con otra en el medio de la Casa. Salomón revistió de oro a los querubines. Hizo esculpir en relieve en todas las paredes de la Casa, por todo el derredor, tanto por fuera como por dentro, querubines, palmas y flores. Por dentro y por fuera, el piso de la Casa estaba recubierto de oro. Las puertas del Santo de los Santos eran de madera de olivo silvestre, el dintel y los postes ocupaban la quinta parte de la puerta, ambas puertas de madera de olivo silvestre estaban esculpidas con querubines, palmas y flores; todo estaba recubierto de oro, incluso los querubines y las palmas. De igual modo la entrada del Santuario estaba guarnecida de postes de madera de olivo silvestre, que ocupaban un cuarto de la puerta. Las dos puertas eran de madera de ciprés; cada una estaba constituida por dos paneles que se articulaban; allí habían esculpido querubines, palmas y flores, todo recubierto de oro.

También aparece en el segundo libro de las Crónicas tres:1tres-14

Las alas desplegadas de estos querubines medían veinte codos. Estaban de pie, y con sus caras vueltas hacia la Casa. Hizo también la cortina de púrpura violeta, púrpura escarlata, carmesí y lino fino, y en ella hizo poner querubines.

En Ezequiel, 1, 1-28 aparecen también

El año treinta, el día quinto del cuarto mes, encontrándome entre los desterrados, a orillas del río Quebar, se abrió el cielo y contemplé visiones divinas. El día quinto del mes, el año quinto de la deportación del rey Joaquim, la palabra de Yavé fue dirigida al sacerdote Ezequiel, hijo de Buzi, en el país de los caldeos, a orillas del río Quebar. Yo miré: un viento huracanado venía del norte. Vi una gran nube: En medio de ella un fuego ardiente irradiaba luz, y el centro era como de metal incandescente. En medio del fuego había cuatro seres vivos. Tenían la misma forma: cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas. Sus piernas eran rectas, con pezuñas como las de buey; brillaban como bronce pulido. Bajo sus alas (en los cuatro costados) tenían manos de hombre. Las alas de los cuatro se tocaban unas con otras. Al andar no se volvían a ningún lado: iban derecho siguiendo una de sus caras. Vistos de frente, los cuatro seres tenían aspecto humano, pero la cara derecha de su cuerpo era cara de león, y su cara izquierda, cara de toro. Los cuatro tenían también una cara de águila. Sus alas estaban desplegadas hacia arriba; cada uno tenía dos alas que se juntaban con las de sus compañeros, y dos alas que le cubrían el cuerpo. Cada uno de ellos iba derecho siguiendo una de sus caras, iban hacia donde el espíritu los empujaba y al caminar no se daban vuelta. Entre los seres había como carbones ardientes: se diría que había un baile de antorchas entre esos seres; el fuego iluminaba, y del fuego surgían relámpagos. Esos seres iban y venían como el relámpago. Al mirar bien a esos seres, vi que, en el suelo, había una rueda al lado de cada uno de ellos. Esas ruedas centelleaban como piedras preciosas, y las cuatro tenían la misma forma. Cada rueda era doble: parecía como dos ruedas entrecruzadas. De ese modo podían avanzar en las cuatro direcciones, sin tener que dar vuelta. Tenían una llanta muy grande y de aspecto aterrador, porque las cuatro tenían ojos por todo el derredor. Cuando los seres avanzaban, las ruedas avanzaban al lado de ellos; cuando los seres se elevaban desde la tierra, las ruedas también se elevaban. Los seres iban adonde el Espíritu quería, y las ruedas también iban allá porque el espíritu que estaba en los seres estaba también en las ruedas. Cuando ellos avanzaban, éstas avanzaban; cuando se detenían, se detenían éstas; cuando se elevaban desde la tierra, las ruedas igual se elevaban, porque el espíritu del ser estaba también en cada una de las ruedas. Por encima de los seres se veía una como plataforma de cristal resplandeciente; bajo la plataforma sus alas se erguían paralelas unas a otras. Oí entonces el ruido de sus alas, como el ruido de aguas caudalosas, como la voz del Dios Todopoderoso. Cuando caminaban se sentía un ruido como de tempestad, como el estruendo de una multitud; cuando se detenían replegaban sus alas. Un ruido se oía desde la plataforma que estaba encima de sus cabezas. Sobre ésta se veía como una piedra de zafiro en forma de trono y, en esta forma de trono, a un ser que tenía una apariencia humana en su parte superior. Lo vi como rodeado de metal incandescente, de la cintura para arriba, y de la cintura para abajo, era un fuego que proyectaba luz. La luz que lo rodeaba tenía el aspecto del arco iris que se ve en las nubes en los días de lluvia. Esa visión era una imagen de la Gloria de Yavé, cuando lo vi me tiré de bruces al suelo; oí entonces una voz que me habló.

Querubines en
La Asunción de la Virgen
RIBERA, JUAN VICENTE DE
Copyright de la imagen ©Museo Nacional del Prado

De nuevo aparecen en Ezequiel 10:1-22

En ese momento vi que en la plataforma, por encima de los querubines, había una piedra de zafiro en forma de trono. Desde allí dijo al hombre vestido de lino: ‘Pasa por debajo de las ruedas y toma entre tus manos carbones que dispersarás por la ciudad. El hombre fue allá, y yo lo observaba; mientras se deslizaba, los querubines estaban de pie al lado sur y la nube cubría el patio interior. La Gloria de Yavé se elevó por encima del querubín, en dirección a la puerta del Templo; la nube cubría la Casa y todo el patio quedó inundado del resplandor de la Gloria de Yavé. El ruido de las alas de los querubines se oía hasta en el patio exterior, pues era tan fuerte que parecía la voz del Dios Todopoderoso cuando habla. Dio esta orden al hombre vestido de lino: ‘Saca fuego de entre medio de las ruedas y de los querubines. El hombre se aproximó y se puso al lado de la rueda. El querubín extendió la mano hasta el fuego, sacó unas brasas y las depositó en la mano del hombre con traje de lino; éste las recibió y salió. Vi entonces una especie de mano de hombre bajo las alas de los querubines. Vi cuatro ruedas colocadas al lado de los querubines (había una rueda al lado de cada querubín), y las ruedas resplandecían como piedras preciosas. Las cuatro ruedas tenían la misma forma: se podría decir que cada rueda estaba hecha de dos ruedas entrecruzadas. Podían pues ir sin volverse a los cuatro puntos cardinales, iban sin darse vuelta en la misma dirección hacia donde miraba la cara del querubín. Las llantas de las cuatro ruedas estaban llenas de ojos por todo el derredor. Oí entonces que a esas ruedas les daban el nombre de ‘torbellino. Cuando los querubines avanzaban, las ruedas avanzaban con ellos; cuando los querubines desplegaban sus alas para elevarse desde la tierra, las ruedas no dejaban de acompañarlos. Cuando los querubines se detenían, las ruedas se detenían junto con ellos, porque el espíritu de estos seres estaba en ellas. La Gloria de Yavé salió de la Casa y se detuvo encima de los querubines. Ante mi vista, los querubines abrieron sus alas para elevarse desde la tierra, y salieron acompañados por las ruedas; se detuvieron a la entrada de la puerta oriental del Templo de Yavé, con la Gloria del Dios de Israel que descansaba sobre ellos. Eran los mismos seres que había visto debajo del Dios de Israel junto al río Quebar, y reconocí que eran querubines. Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas, y se veían como manos debajo de sus alas. Sus caras, eran tales como las había visto junto al río Quebar. Y se desplazaban según la dirección de sus caras. Vuelven a salir en el Apocalipsis 4:6-8

Una pileta transparente como cristal se extiende delante del trono. Cuatro Seres Vivientes, llenos de ojos por delante y por detrás, ocupan el espacio entre el trono y lo que hay a su alrededor.7. El primer Ser Viviente se parece a un león, el segundo a un toro, el tercero tiene un rostro como de hombre y el cuarto es como un águila en vuelo. Cada uno de los cuatro Seres Vivientes tiene seis alas llenas de ojos alrededor y por dentro, y no cesan de repetir día y noche: Santo, santo, santo es el Señor Dios, el Todopoderoso, el que era, es y ha de venir. Los jefes de los querubines son Ophaniel, Rikbiel, Cherubiel, Raphael, Gabriel, Zophiel y Satán, que fue el ángel caído.

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Serafines

Estigmatización de san Francisco TIEPOLO, GIAMBATTISTA
Venecia, 1696 – Madrid, 1770
1767 – 1769. Óleo sobre lienzo, 278 x 153 cm. En exposición temporal Representación de una escena milagrosa en la vida de san Francisco de Asís ocurrida en 1224 durante la fiesta de la exaltación de la Santa Cruz. El Santo, durante un momento en el que se retiró a rezar, recibió de un serafín los estigmas, las mismas heridas sufridas por Cristo en la Cruz. A su lado, un ángel le sostiene para evitar que su cuerpo en éxtasis se desplome. La variedad tonal de los azules utilizados y su contraste con la oscurísima gama cromática empleada tanto en el paisaje como en el hábito del Santo, contribuyen a crear una atmósfera de irrealidad que ensalza el carácter sobrenatural del milagro. Este lienzo forma parte del conjunto realizado para la Iglesia del Convento de San Pascual de Aranjuez. El boceto de esta obra se conserva en las Courtauld Institute GalleriesLondres.

Gracias al Museo del Prado por permitir utilizar sus imágenes en nuestros blog y poder difundir las obras de arte de nuestro primer Museo nacional de España.

En las obras de Pseudo Dionisio Areopagita, los serafines están en la escala más alta de los ángeles cercanos a Dios. En el libro de Isaías 6: 1-3 ya se los describe:

El año en que murió el rey Ozías, vi al Señor sentado en un trono elevado y alto, y el ruedo de su manto llenaba el Templo. Por encima de él había serafines. Cada uno de ellos tenía seis alas: con dos se cubrían el rostro, con dos los pies y con las otras volaban. Y gritaban, respondiéndose el uno al otro: ‘Santo, Santo, Santo es Yavé de los Ejércitos, su Gloria llena la tierra toda. Él vio al Señor en su trono a los serafines con seis alas encima de él. Dos alas cubrían su caray dos sus pies, probablemente para protegerles a ellos del intenso brillo de la majestuosidad de Dios. Cantaban un himno que decía: Santo, santo, santo es el Señor de los ejércitos y llena está la tierra de su gloria! Un serafín tomó un trozo de carbón ardiendo y lo posó sobre los labios de Isaías, perdonando con esta acción sus pecados.

Aunque otros autores nos cuentan que los serafines, por ser los ángeles más cercanos a Dios, no tienen cuerpo ni forma humana, son simplemente energía o fuego. Son seres de luz. A los serafines se les achaca la destrucción de Sodoma y Gomorra con bolas de fuego. Posiblemente, Lucifer, el ángel caído, fuera un serafín.